10 malos hábitos de yoga y cómo romperlos

Los mayores beneficios del yoga no son realmente aprender a torcerse como un pretzel, sino más bien establecer comportamientos beneficiosos que se trasladarán a su vida diaria. Si eres hipercrítico de ti mismo en una clase de yoga, por ejemplo, es probable que seas así en otras situaciones también. Tomar conciencia y luego romper esos tipos de patrones en tu colchoneta te ayudará a hacer lo mismo cuando salgas de tu colchoneta al mundo.

1 - Deja de compararte con los demás

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Puede ser difícil mantenerse enfocado en tu propia práctica sin compararte con las personas que te rodean, pero eso es exactamente lo que debes intentar hacer. Realmente no importa lo que alguien más pueda hacer, así que deja de sentirte mal por las personas que parecen ser más avanzadas que tú. Del mismo modo, no te emociones demasiado si tus poses parecen "mejores" que las de tus compañeros. Todos estamos en nuestros propios caminos aquí. Mantenerse fiel a los suyos evitará que su ego se involucre y también reducirá la probabilidad de que se lastime tratando de mantenerse al día con la persona que está a su lado.

2 - Deja de compararte a ti mismo

Tricky, ¿verdad? Pensar en lo que puede hacer en este momento en comparación con sus expectativas o su desempeño pasado puede ser tan problemático, y posiblemente dañino, como competir con la persona que está a su lado. Cada día nos ofrece un cuerpo diferente, así que no te preocupes por la impresionante pose que pudiste hacer la semana pasada, pero ahora parece difícil de alcanzar. Todo es solo experiencia, por lo que etiquetarlo como bueno o malo es un hábito que vale la pena romper.

3 - Deja de ser una criatura del hábito

Hablando de los hábitos de ruptura, ¿siempre pones tu alfombra en el mismo lugar? Ponte a prueba para probar diferentes lugares alrededor de la sala, o incluso prueba una nueva clase o estudio si te sientes como si estuvieras en una rutina. Cambiar su perspectiva física también puede ayudarlo a cambiar su perspectiva mental. Si tienes el hábito de gemir internamente cuando tus profesores piden un trabajo ab o parivrtta ardha chandrasana (hablando de la experiencia aquí), mira si puedes cambiar tus formas allí también.

4 - Deja de escuchar al maestro

De acuerdo, debes escuchar al maestro la mayor parte del tiempo, pero no olvides quién está realmente a cargo aquí: tú. Si su maestra instruye una postura con la que no se siente cómodo, si le causa dolor o agrava una lesión, no lo haga. Nadie está dentro de tu cuerpo sino tú, así que tú eres el que tiene la última palabra. Y si un maestro te hace pasar un mal rato al respecto, busca un nuevo maestro.

5 - Deja de estar nervioso acerca de hablar

Si es tu primera clase de yoga, tienes una lesión, estás embarazada (¡felicitaciones!), Tienes miedo a las manos, ¡habla! Algunos maestros recorren la sala preguntando a todos cómo están al comienzo de la clase, otros no, pero parte de hacerse cargo de su experiencia de yoga es asegurarse de que sus maestros tengan toda la información que necesitan para guiarlos de manera segura. Si se trata de un asunto privado, cuénteles uno-a-uno antes de la clase. Del mismo modo, muchos docentes invitan a los estudiantes a quedarse y hacer preguntas después de la clase. ¡Aprovecha esto! La mayoría de los profesores están encantados de ayudarte a profundizar en tu alineación o mejorar tu sánscrito .

6 - Deja de ir temprano

En ocasiones puede haber ocasiones en las que deba abandonar la clase temprano, pero no lo dejemos como un hábito. Sí, todos somos personas ocupadas con lugares a donde ir y personas a quienes ver, pero la mayoría de las veces todo lo que puede esperar 10 minutos extra mientras tomas savasana . Salir temprano de manera regular no solo es descortés, sino que también le roba su recompensa por todo ese arduo trabajo: unos minutos en su día para no hacer nada.

7 - Deja de adelantarse a ti mismo

Aquí hay una situación: el profesor está instruyendo una pose en la que cada variación sucesiva se basa en la que está antes. Aunque el docente claramente indica que no debe continuar avanzando a través de las variaciones hasta que pueda sostener cómodamente el paso anterior, la mitad de la clase continúa moviéndose hacia adelante en algún tipo de aproximación de la postura, lo que aumenta el riesgo de lesiones . Sé que dije que no escuchara al maestro, ¡pero este no es uno de esos momentos! ¡Escuchar al maestro!

8 - Deja de ceder a la mente de mono

¿En qué piensas durante el yoga? Con suerte, respondiste, "nada". Una de las cosas más positivas de hacer yoga asana o practicar meditación es que nos da el cambio para tomarnos unas pequeñas vacaciones de los constantes regaños que son nuestros pensamientos, algo que no tiene nada que ver con su capacidad de realizar maniobras físicas complicadas. Si te encuentras pensando mucho sobre las poses que puedes o no puedes hacer, date un respiro de eso también.

9 - Deja de empujar a través del dolor

"Sin dolor, sin ganancia" no tiene cabida en una clase de yoga. El dolor viene en diferentes sabores, y parte de realmente conocer tu cuerpo es poder diferenciar entre un tipo de dolor muscular y algo más serio. Esa ternura en su vientre durante (y durante varios días después) del trabajo ab antes mencionado es la primera, y la última debe evitarse.

10 - Deja de olvidarte de divertirte

Hay tantas cosas que tomar en serio en la vida, pero su práctica de yoga no tiene por qué ser una de ellas. No estoy sugiriendo que te vayas o tomes riesgos innecesarios, pero que hacemos esto con un enfoque desenfadado y una sensación de diversión. Si te caes de una pose, ríete de ella. Adopta esa postura difícil con una sonrisa en tu rostro. Es solo yoga, después de todo.